domingo, 29 de diciembre de 2013

Reto "Leyendo a los clásicos": términos y condiciones

¡Qué pena que no he tenido tiempo para leerlos todos!
No importa, ya lo haré. :)



¿CÓMO EMPEZAR EL AÑO!




Puesto que mi vida sin los libros carece de sentido, pues en ellos encuentro casi todo lo que anhelo...

 ¿Por qué no empezar el Año Nuevo con un fantástico reto!

Los blogs de De Palabras y Letras y El Bosque de Loba Roja han ideado un "reto" o "concurso" cuyo objetivo es hacer leer a las personas, que así lo deseen, clásicos y reseñarlos. (Lista a elegir)
Si lo consigues,  a parte de los magníficos conocimientos adquiridos (sobre todo culturales) podrás optar a un cheque regalo de $ 15 para comprar libros ( unos 10 € aprox.)


 Puedes elegir los que quieras, mínimo 5.

Mi lista es esta (que conste que me frenaron, de lo contrario hago un copy/paste de la original):


  1. La Iliada de Homero 
  2. Odisea de Homero(*)
  3. Las Guerras de las Galias de Julio César
  4. Eneida de Virgilio
  5. El Libro de Marco Polo de Marco Polo(*)
  6. El Libro del Buen Amor del Arcipreste de Hita
  7. Decamerón de Giovanni Boccaccio
  8. La Celestina de Fernando de Rojas (*)
  9. Lazarillo de Tormes Anónimo (*)
  10. Memorias de Ultratumba de Chateaubriand
  11. Cuentos de la Alhambra Washington Irving
  12. El Conde de Montecristo de Alejandro Dumas
  13. El Capital de Karl Marx El Capital
  14. Nana de Emile Zola
  15. El Retrato de Dorian Gray de Oscar Wilde
  16. Sandokan de Emilio Salgari
  17. Kim de Rudyard Kipling
  18. El Amante de Lady Chatterley de D.H. Lawrence
  19. Un Mundo Feliz de Aldous Huxley (*)
  20. Las Uvas de la Ira de John Steinbeck
  21. La Peste de Albert Camus  (*)











(¡? NO ES UN ERROR)
(*) Libros ya leídos

viernes, 13 de diciembre de 2013

GANADORES DE LA PRIMERA EDICIÓN DEL CONCURSO DE MICRORELATOS DE ANIMALES

Gracias a todos por participar, tanto con vuestro apoyo en la red como los que se han presentado a este concurso.



En esta primera edición del concurso de Microrelatos de animales se  han presentado 19 relatos (vamos aumentando poco a poco!! ;) ), podéis leerlos siguiendo la etiqueta RELATOS PARTICIPANTES.
Según lo expuesto en las bases:

El lote de dos libros es para KIKAKUNA y los 100 € son para la ASOCIACIÓN PROTECTORA VILA PEPA


Y los relatos ganadores que formarán parte del ebook son:

Recordamos a todos los participantes que la finalidad de este y los sucesivos concursos es la de editar un ebook de cuentos cuyos protagonistas sean animales. Los beneficios serán íntegramente donados a las asociaciones que participen en la elaboración de los microrelatos.
Bukus organizará tres concursos anuales de este tipo. Las bases del nuevo saldrán en febrero.


El lunes nos pondremos en contacto con todos los ganadores.
Buen fin de semana y os esperamos en la próxima edición con más regalos!! 




























































miércoles, 11 de diciembre de 2013

... vendrá el lobo y te comerá.


cannis lupus

¿Qué simboliza el lobo para en la actualidad?





        Durante siglos este precioso animal ha inspirado temor, pero no fue siempre así. Esta herencia cultural nos llega desde la Edad Media.

La climatología, las epidemias, el hambre no solo afectaron al hombre... El lobo movido por el mismo instinto de supervivencia entró en un círculo de migraciones parecidas a las de las poblaciones humanas y se desplazó en busca de comida; es cierto que en su búsqueda de alimentos entró en las ciudades y aldeas medievales (para nada comparables con las nuestras en la actualidad) y cómo depredador que es y siguiendo su naturaleza cazó a las presas más débiles de la manada humana: animales domésticos, ancianos y niños.


La omnipresente Iglesia, en aquella época, se encargó de mitificar su imagen (en algunos casos por pura ignorancia, y en otros, a propósito, encubriendo segundas intenciones). De sus sermones y doctrinas nos ha llegado a nuestros días como un animal perverso y demoníaco, con el que aun asustamos a nuestros niños con: Si no... vendrá el lobo y te comerá.



        ¿Cuántas veces hemos visto cazar a los Grandes Felinos de Áfica en los documentales? Inteligencia de grupo, hábitos adquiridos o heredados genéticamente, instinto depredador, necesidad de alimentarse,... Siempre cazan a los más débiles!

Por este motivo no hay nada de malvado en ellos, es supervivencia.




        Citando el refranero "No se puede pedir peras al Olmo", recordamos a los lectores que el Lobo es un animal salvaje, un depredador, carnívoro y cómo tal cumple su función en nuestro ecosistema. Mientras no olvidemos eso; el equilibrio estará asegurado.

        Recomiendo este libro: "En Boca del Lobo" no solo por difundir el lado menos mediático del lobo, sino porque también es necesario un cambio de mentalidad en la sociedad, ya no vivimos en la Edad Media, aunque algunos no se hayan dado cuenta.
El lobo tiene el mismo papel que el ser humano en la biosfera y en términos tanto relativos como absolutos el homo sapiens sapiens ha demostrado ser infinitamente más malvado y devastador que el canis lupus tanto para el resto de seres como para su propia especie.


¿De verdad es el lobo quién más asusta?














Juntos podemos cambiar el cuento...




viernes, 6 de diciembre de 2013

CONCURSO: GANA UNO DE ESTOS LIBROS


CONCURSOS BUKUS

Gana uno de los 10 libros eróticos


     La escritora Encarni Arcoya (una de las ganadoras del Premio Especial en la primera Edición de BukusCE) organiza un fácil e interesante concurso de cara a estas Navidades.
     Estas son las bases (aquí)

Y los premios son...


     ¡Cómo habréis observado el sacrificio es poco para tan buena recompensa!
Pero no todo acaba aquí!!
     Hemos elegido el mes de enero para dedicárselo a las novelas Bisexual de Vivian Stusser y Un profesor como regalo de Navidad de Encarni Arcoya.
Bukus regalará un Cheque Regalo de Amazon
por valor de 2 € para el mejor (*) comentario que se haya dejado en Amazon. (Uno para cada novela, el comentario tendrá que ser superior a 150 palabras, las fechas para valorar los comentarios son: del 1 de diciembre al 31 de enero)

Recordamos a todas las personas que deseen participar (a parte de escribir el comentario en Amazon):
  • Pagamos las reseñas, si te interesa puedes informarte aquí.














mejor (*): sup. rel. de bueno. Apropiado para un fin.
El comentario positivo o negativo ha de ser constructivo.


En lo referente a las 150 palabras: hemos contratado a una casi graduada en económicas para que cuente una a una las palabras de cada comentario de Amazon.




jueves, 5 de diciembre de 2013

PREMIOS LIBROS Y LITERATURA


Participamos en un concurso!!

       Siempre he creído que participar es lo importante, por ese motivo nos hemos apuntado a este concurso (si un blog que se dedica a hacer concursos literarios no participa y promueve otros, qué gracia tiene!!)
       Participamos con nuestra única reseña que de momento hemos hecho y de la que disponemos todos los derechos legales de autor ya que el resto de reseñas son de nuestros colaboradores. Reseñas que pagamos (infórmate aquí) pero únicamente para poder publicar en el blog y difundir a través de las redes sociales. Un intento más de promover a escritores noveles o que autoeditan.
La reseña con la que participamos para Libros y Literatura es... CULTRE. Saga I: Destino (jejeje INVOCACIÓN es una colaboración!!)

CULTRE. Saga I: Destino
       La historia en si se centra en la mítica y constante lucha entre el Bien y el Mal. Unas fuerzas oscuras encabezadas por Tyr, un cultroniano renegado, y Aranea un semidemonio y sus esbirros. Éstos pretenden desestabilizar el equilibrio que se sostiene gracias a los cinco Garques que gobiernan en Cultre:...
       El choque entre ambas fuerzas será inevitable y transportará a Bryant a la Tierra, concretamente a Sleepy Hollow, en busca del Monantí, siguiendo una antigua profecía escrita en unos manuscritos olvidados. Este ser (según dicha profecía) es el único con posibilidades de derrotar a Tyr y salvar a Cultre de la devastación.
       La confrontación no solo atrapará a los personajes en intrigas y traiciones sino que también les hará enfrentarse a sus peores miedos...


       El concurso lo organiza la web Libros y Literatura
Las bases del concurso son muy simples (leer bases), así que no tenéis escusa para no participar!!!


Este es el enlace para votar. Se empieza el 10 de Diciembre (Aquí)
Por favor, leedla bien!!


lunes, 2 de diciembre de 2013

CONCURSO ANIMALES: EL OSO PERDIDO


AUTOR: ARTZA


EL OSO PERDIDO


       Os voy a contar un cuento...
Hace aproximadamente nueve meses, un pobre cachorrón muy peludo, casi tanto como un oso, enfermó de leishmania y/o se hizo muuucho más grande de lo que esperaban sus dueños, y por estas "razones de peso" aquellos que prometieron protegerle, cuidarlo y mimarle hasta el fin de sus días, lo dejaron a su suerte, vagando por las calles de un pueblo.
Mientras vagaba por esas calles que no reconocía le sangraban las patitas, y de repente se le apareció un hada, que lo llevó a un sitio donde poder dormir bajo un techo y tener agua fresca y limpia para beber y un plato de comida todos los días, donde lo vio un medico y lo pusieron en tratamiento.
Aunque las hadillas y duendecillos que cuidaban de ese lugar se esmeraban para hacerlo feliz, no lo era del todo, allí había otros como él, pero no sabia porque razón no les gustaba, cuando salia a estirar sus patitas, no hacían más que ladrarle y porque las rejas que separaban sus habitaciones lo impedían, que sino se lo hubiesen comido.
       El pobre ansiaba un hogar para él solo, donde ser el centro de atención a todas horas, porque SE LO HABÍAN PROMETIDO DE PEQUEÑO!!! y también un hogar para sus compañeros aunque ellos no lo quisiera.
Pasaban los días y cada vez estaba más triste, pero de repente, un día llegó alguien especial, se acercó a su habitación y mientras lo acariciaba y lo peinaba para quitarle el exceso de pelo, le susurraba en el oído, "te voy a sacar de aquí, te lo prometo" y ya tenia ganas de vivir de nuevo, porque alguien que le daba cariño le había hecho una promesa, otra promesa sí, pero había algo en su interior que le decía que esta vez se cumpliría Esperó y esperó y al fin en marzo, cuando ya hacia casi medio año que estaba en esa residencia, vino su ángel a por él para llevarlo a su casa y mimarle y cuidarle como debía ser. Como deberían vivir todos y cada uno de aquellos angelitos de cuatro patas que habían compartido residencia con él. Esta residencia era Vedama Oliva, una protectora, porque protegen a los animalitos que seres despreciables no saben apreciar.
       Este cuento tiene doble final, un final feliz para el protagonista, el oso
("Artza") y otro no tan feliz para los que quedaron detrás, entre todos podemos hacer que sea un final 100% feliz.
¿NOS AYUDÁIS?


Relato participante para la asociación: Vedama Oliva


CONCURSO ANIMALES: OJOS DE LUNA



AUTOR: AURE NORA


OJOS DE LUNA


       Estábamos perfectamente, calentitos, juntos y, de repente, todo cambió. Empezamos a sentir la brisa, y a mamá, cuando nos daba de comer. Éramos muy felices, todos lo éramos. Sin previo aviso un día un destello muy fuerte nos cegó. “Mamá, apaga la luz”, dije, pero mamá ya no estaba y yo sólo veía a mis seis hermanitos. Estábamos solos, en un angosto lugar que parecía estar a medio construir.
Los humanos a veces nos daban de comer, pero siempre teníamos hambre, y empezaba a hacer mucho calor. Además, echábamos de menos a mamá. Desde que vimos la luz por primera vez no sabíamos nada de ella, algo que nos entristecía mucho.
       Un día, un grupo de humanos llegó a nuestro angosto hogar, con unas cajas extrañas, comida y hablando con cariño y dulzura. No entendíamos que querían hacer con nosotros, unos pequeños cruces de braco, y estábamos algo atemorizados: ellos eran demasiado grandes y nosotros demasiado pequeños. Yo era la única hembra, y algo tímida, y tenía miedo. Nos cargaron en brazos y nos llevaron a un coche, que empezó a moverse, aunque no sabíamos hacia donde.
       Llegamos a un lugar casi desierto, donde solo había escombros y alguna reja, pero cuando nos soltamos creímos estar en un gran palacio. No había nada más. Ni nadie más, aunque oíamos a los humanos hablar de otros como nosotros, algo que no entendíamos, puesto que allí no se veía a nadie.
-¿Dónde nos han traído?-preguntó Luisma, mi hermano- Tengo miedo.
-No lo sé, pero creo que no van a hacernos daño. Mira, traen algo en la mano. ¿Es comida? – contesté yo.
Los humanos nos alimentaron durante muchos días a mis hermanos y a mí. Éramos solo siete allí, solo nosotros. Recuerdo que a mí me llamaban “la elegante”, por mi mancha blanca alargada en el pecho, porque era como si llevara puesto un traje, y eso me enorgullecía.
       Pronto empezaron a aparecer otros compañeros a nuestro hogar. A veces eran nuestros humanos quien los traían consigo pero, otras veces, humanos desconocidos los lanzaban por encima de la valla en mitad de la noche, para luego huir en la oscuridad. La mayoría se sentían asustados durante los primeros días que pasaban en el refugio, pero nuestros humanos se preocupaban de que poco a poco recobraran la confianza en su especie, y al final siempre acababan jugando con nosotros.
       Yo era muy feliz en el lugar. Los humanos nos daban cariño y jugaban con nosotros, y yo me sentía afortunada por contar con la compañía de mis hermanos de sangre, aunque sintiera al resto de mis compañeros y a los humanos como mi otra familia, que crecía por momentos, con cada nuevo miembro llegado desde la calle.
       Pero hubo un día muy triste, que amaneció soleado y sin embargo fue el día más aciago de nuestra existencia. Una mañana llamé a mis hermanos, para avisarles de que pronto los humanos vendrían a darnos de comer, pero dos de mis hermanos no respondían. “Eh”, les decía, “despertad, ¡qué es muy tarde para estar descansando, dormilones!”. Pero no me contestaban. Intentamos por todos los medios que abrieran los ojos, pero fue en vano.
       Cuando nuestros amigos humanos llegaron, fueron a visitarnos, con una amplia sonrisa en la cara, que se fue apagando al descubrir que algunos de mis hermanos no les daban la bienvenida como nosotros. Entraron en nuestra casa y los cogieron en brazos. Los contemplaron con ojos entristecidos, y luego nos miraron a nosotros, para después sacarlos fuera del refugio. Esa fue la última vez que vi a mis dos hermanos.
Y, mientras, otros perros llegaban a nuestro refugio, y cada día aparecía una cara nueva. Además, nuestro palacio se iba haciendo cada vez más grande, y poco a poco nuestros humanos trabajaban en el recinto para que cada día estuviera mejor, aunque solíamos escuchar que “ojalá contaran con más ayuda”, si bien es cierto que nunca tuvimos queja, porque siempre nos trataban como a reyes y nunca nos faltaba nada.
       Una noche empecé a sentirme mal, muy mal, me dolía la tripa y no sabía por qué. Bebí un poco de agua e intenté dormir algo, pensando que no sería nada, y que al día siguiente todo habría pasado. Sin embargo, cuando desperté sentí un dolor aún más fuerte que la noche anterior, y cuando miré hacia abajo descubrí horrorizaba que algo alargado me sobresalía y estaba sangrando. Cuando los humanos llegaron en sus coches y escucharon mi lamento, corrieron hacia mí para saber lo que ocurría. Rápidamente me sacaron de allí y visitamos a un señor con una bata blanca que me daba mucho miedo. Me hicieron todo tipo de cosas, cosas que no entendía, pero que hicieron que empezara a sentirme mejor. Escuché la palabra “colon” varias veces, pero no sabía a qué se referían, hasta que me dormí, para después despertar y comprobar que ya no me sobresalía nada. Afortunadamente, superar esto me hizo más fuerte, y cuando me ocurrió otras dos veces más ya no tuve tanto miedo, porque los humanos siempre me apoyaron.
       Uno de ellos me tuvo en su casa tras la operación, y me cuidó como si realmente fuera mi padre. Estuve muchos días sin ver a mis hermanos, descansando mientras estaba dolorida, así que les eché mucho de menos.
Sin embargo, tras mi recuperación, mi regreso no sucedió del modo que yo esperaba. Mis hermanos consideraron que yo les había abandonado, tal y como había hecho nuestra madre con nosotros poco después de nacer, y me dieron de lado en el mismo momento en el que puse las patas en la puerta de la que yo creía “mi casa”. No permitieron mi regreso y no se portaron bien conmigo, así que me puse muy triste.
Cuando los humanos no estaban cerca, yo huía de la jaula de mis hermanos. No me sentía cómoda ahí si no me querían con ellos. Creo que los humanos querían cambiar de sitio, para que estuviera más cómoda, pero yo no quería estar ahí, yo quería estar en mi casa, con mis hermanos, y si ellos no me dejaban acompañarles yo no quería nuevos compañeros ni un nuevo hogar. Así que, cuando los humanos se fueron y nos dejaron solos, trepé y trepé hasta escapar de aquel lugar y, como estar dentro del refugio también me entristecía, decidí salir a la calle. No quería ir más lejos, sólo me acurruqué en la puerta, para no volver a entrar.
       Mis humanos se asustaron al verme fuera, y temían que me hubiera ocurrido algo, así que me alimentaron y volvieron a meterme dentro del recinto. Pero volvía a escapar una y otra vez, hasta que entendieron que no quería salir de sus vidas, sólo del refugio en el que también estaban mis hermanos, que ya no me aceptaban. Paseaba a veces por los alrededores, y algunas personas me acariciaban cuando me veían, pero había oído historias sobre humanos que maltrataban a sus perros, y recordaba a los que había visto abandonar a varios amigos, así que cuando me encontraba a alguien que no me gustaba, me escondía.
       Era distinto a cuando veía a mis humanos, porque les recibía con mi cola bien alta y una sonrisa amplia. Ellos se acercaban para abrazarme y acariciarme, y no intentaban obligarme a entrar, por lo que yo me sentía muy feliz. Fueron días muy felices y, aunque no pasaba mucho tiempo con mis otros amigos caninos, ya no me sentía tan triste.
Además, un día apareció otro perro que se quedó conmigo fuera, Moro. Estuvimos juntos durante mucho tiempo, no nos gustaba estar el uno sin el otro. Si él se marchaba a dar un paseo, o a buscar algo, yo no me movía del sitio hasta que volvía conmigo. Le tenía un gran cariño, y nos gustaba caminar cerca de nuestra casa. Íbamos a todos lados juntos. Pero mi Moro empezó a perder visión en un ojo, y cada vez hacíamos menos cosas fuera de nuestro sitio. Él estaba siempre contento, pero yo sabía que se sentía triste porque no podía estar como antes. Hasta que un día desapareció y no supe más de él. Me quedé muy triste, y fue peor cuando supe que otro de mis hermanos había muerto, pero mis humanos siempre estuvieron ahí para animarme. Y yo volví a mi rutina, a pasear sola y a permanecer sola en la puerta del refugio.
Sin embargo, reconozco que un día hice algo que no debía: me colé en casa de otros humanos sin permiso, y cuando se dieron cuenta me echaron de allí de muy mala forma. Días después vi como el amo de la casa se acercó a “la nuestra” para hablar con mis humanos, así que yo me asusté. Mis humanos no se enfadaron conmigo, pero me obligaron a entrar al recinto, aunque me dejaron fuera de las casas mientras me construían una para mí y otro hermano, y yo obedecí sin rechistar, sabía que era mi castigo por haberme portado mal.
De nuevo estuve con mis amigos caninos y, aunque no pasaba mucho tiempo con ellos, me gustaba tenerlos cerca. Me gustaba ver sus caras cada día, al igual que la de mis humanos, Pero, al igual que casi todos los días conocíamos a alguien nuevo, otras veces dejábamos de verlo para siempre.
       Los humanos parecían muy contentos por ello, cuando les ponían una cadena, los montaban en una caja muy rara con una pequeña verja, y se los llevaban para siempre, para no volver jamás. Les oíamos decir que iban a ser muy felices, y que nunca volverían a estar solos o tristes, que les iban a querer mucho, pero yo no lo entendía, y mientras el resto se quedaba compungido. Incluso llegué a ver como algunos de mis hermanos se marchaban sin despedirse, hasta que sólo quedamos Luisma y yo. Manteníamos una relación bastante escasa, y sólo nos saludábamos cuando era estrictamente necesario e inevitable.
       Me llevaba bien con otro amigo que andaba suelto por el lugar. La verdad es que era un animal muy agradable y simpático, y los humanos le mostraban mucho afecto y comentaban “lo dócil y cariñoso que era Eclipse”, aunque todavía está buscando un amo que reparase en ello. Los dos nos respetábamos, y me gustaba tener un acompañante con el que estar y que pidiera tan poco a cambio. Aunque, un día llegó una perra pequeña, y empezó a dejarme de lado, y a preocuparse únicamente por ella, cuidando que no le pasara nada y que estuviera siempre bien atendida. Me sentí un poco celosa, pero sabía que ella no podría estar en mejores manos.
Cuando nos construyeron una casa a Luisma y a mí, él seguía guardándome rencor, y aunque era sin motivo, yo tampoco me sentía cómoda con él, así que seguía trepando y seguía saliendo fuera de la jaula, aunque esta vez ya no salía fuera del recinto, me quedaba dentro de la valla, sola. Hasta que me hicieron una casa en la que estaba todo el día, aunque es cierto que alguna vez me escapaba y trepaba la valla de fuera, para dar un paseo por la calle y luego volver.
       Y mientras, dentro seguían construyendo más casas para mis compañeros, y seguían mejorando poco a poco las instalaciones. Y seguían apareciendo nuevos perros que llegaban en estados muy diferentes. Algunos llegaban bien, otros llegaban desnutridos y otros llegaban con alguna herida, o con alguna pata rota y muy mal. Yo me asustaba al verlos, pero mis humanos intentaban por todos los medios que todos ellos se recuperaran y pudieran irse después, como habían hecho tantos y tantos otros.
Hasta que un día me llegó a mí. No sabía dónde me llevaban y me asusté. Pensé: “Me llevan a ese sitio, ese lugar desconocido dónde van todos los perros que desaparecen y no vuelven más. Y a mí me gusta estar aquí, me gusta este sitio y estar con mis humanos, que tanto me quieren”. Pero me metieron en un coche y viajé, viajé lo que a mí me pareció una eternidad, hasta que de repente el coche paró y abrieron una puerta.
En la puerta había otras personas. Hablaban un idioma extraño que yo no entendía, pero todas me sonreían y acariciaban, y de repente empecé a no tener miedo. Me llevaron a una casa muy distinta a la mía. Era muy grande y fuera había un jardín enorme, en el que podía correr libremente. Me prepararon una cama calentita y cuencos con abundante comida y agua. Había salido de un palacio para ir a otro mejor, y pensé que si mis compañeros perrunos habían ido a un lugar parecido al mío, era normal que mis humanos del refugio estuvieran tan contentos por ellos. Esperaba que así fuera, que vivieran muy felices, y que mi hermano también encontrara un lugar así pronto. Echo de menos a mis amigos humanos, porque estuve con ellos seis años en los que se portaron muy bien conmigo, y me cuidaron como si fuera su propia hija, pero sé que ellos están felices por mí ahora, porque saben que estoy en muy buenas manos y no me falta nada. Y eso es lo que me hace más feliz, recordar sus palabras: “Te echaremos de menos, Luna”.


Relato participante para la asociación: Asociación Ecologista Mágina Animal


domingo, 1 de diciembre de 2013

CONCURSO ANIMALES: NOVIEMBRE


AUTOR: BICHA


NOVIEMBRE


       Es septiembre y acabamos de nacer mis hermanos y yo. Mi mamá nos dice mientras amamantamos que vivimos en un lugar muy bonito, con un precioso jardín y un huerto. Dentro de una semana, oiremos muchas voces, pero no debemos asustarnos, nos cuenta. Son niños que regresan a la escuela y ellos son buenos, dejan comida por todas partes a la hora del recreo. Cuando tengamos edad suficiente, ella nos enseñará cuándo será prudente salir y encontrar esos restos de almuerzos tan ricos. Mientras tanto, el huerto nos dará refugio, por ahora nadie vendrá a cultivar nada allí.

…...

       Han pasado dos meses, mis hermanos y yo ya salimos a jugar por el huerto algunas tardes. Mi madre dice que mañana haremos una salida a la hora del recreo para buscar los trocitos de delicias que los niños dejan caer al suelo. Tengo dos hermanitos atigrados casi como mi mamá y yo soy negro. Mi papá debe ser ese gato grande y oscuro que ronda por las calles aledañas a la escuela y que a veces se da una vuelta por el patio donde vivimos. No es muy sociable, pero me cae bien.

…...

       Llevamos varios días asomándonos a la hora del recreo. Los niños se ponen muy contentos al vernos y nos echan trocitos de jamón o de pan. Mi madre nos ha advertido que, aunque parezcan simpáticos, no nos acerquemos a ellos, pues no los conocemos lo suficiente. Siempre dice que lo más seguro para un gato callejero es la desconfianza. Corremos por el jardín y los niños nos siguen, no parecen tener malas intenciones, pero mejor hacer caso a mamá. Nuestra agilidad hace que nos pierdan pronto la pista, ¡esto es muy divertido!

…...

       Hoy ha pasado algo muy raro a la hora en que todos se marchan a casa. Mis hermanos y yo hemos salido con el silencio, como siempre, a buscar algún resto de almuerzo más. De repente hemos encontrado un manjar muy apetecible dentro de un tubo con rejas. El tubo estaba abierto, mis hermanos han entrado primero y yo he esperado por si venía alguien. De repente, una puerta metálica ha cerrado la entrada al tubo con un gran ruido y he saltado por instinto a esconderme.
¡Mis hermanos están ahí dentro! Llamé a mamá con todas mis fuerzas, pero dos hombres vinieron y levantaron el tubo enrejado con mis hermanos dentro. ¡Se los llevan!
       Cuando se han ido, he salido de mi escondite y he buscado a mi madre. Le he contado lo que ha ocurrido y ella ha suspirado. Cuando ella era pequeña, me explica, también hicieron lo mismo con sus hermanos. Nunca los volvió a ver y aunque volvieron varias veces esos hombres a poner el tubo, que se llama jaula, ella no entró ahí y por eso se salvó. Al cabo del tiempo, los gatos del lugar le contaron lo que ocurría. Aquello era un colegio donde, a pesar de enseñar a los niños el amor a la naturaleza, los directivos consideraban a los gatos del jardín como una plaga y llamaban a los exterminadores que cazaban con esa jaula a los gatos y nunca más se volvía a saber de ellos...
       Me he puesto muy triste, pero mamá dice que si soy más listo que ellos y no me dejo vencer por el hambre, me quedaré allí para siempre con ella.
Mira esa mujer, me dice mi madre, es una maestra y fue la única persona que lloró el día que se llevaron a tus hermanos; se dio cuenta ese día de lo que ocurría aquí. Mientras nos alejamos por el patio, me dice que puede que haya un rayo de esperanza para nosotros...

Relato participante para la asociación: Sociedad Protectora de Animales y Plantas de Villena (Alicante)